miércoles, 12 de agosto de 2009

PARTIDO MÍSTICO CHE!

De demonios y Jesús se alimenta nuestro seleccionado en busca de su redención con el buen juego. Es que cuando lo perdía por una escapada del volante Semshov, lo empardó el Kun Agüero, un diablo de pura cepa. Y Maradona, o el D10S para los entendidos, hizo un pacto divino y puso a un discípulo del mal, a Lisandro López, que académicamente es un demonio, y en su primera intervención demostró todas sus calidades de goleador.
Ya resignado por las fojas de la ponzoña, gastó el último cartucho mandando a un tal Jesús -Dátolo- para que le salve las papas, y parece que le dio resultado inmediato, luego que Agüero la armara y se la sirviera en bandeja. Todo ésto en 90 minutos de fútbol. Ah, como anécdota negativa para nuestro DT, un tal Roman nos clavó un tiro libre, claro, Roman Pavlyuchenko, el descuento para hacer eterna la agonía de la culminación.
En los primeros momentos, el desorden hizo que no se viera un cambio de ritmo, una aceleración que sorprendiera, que lograra romper con el orden impuesto por la Rusia de Gus Hiddink. Mascherano y Bolatti demasiado contraídos y sin profundidad en sus intervenciones, Maxi y el Galgo Gutiérrez más preocupados por seguir a sus rivales que a desequilibrar en la ofensiva, que recibía poco alimento pese a su movilidad.
La superioridad de la nacional se sentía por las arterias del fútbol del nuevo siglo: las bandas. Jonás y Heinze habían comenzado padeciendo las subidas de Anyukov, pero de a poco, fueron siendo los destinatarios y muy buenos descansos para la salida en pies de alguno de los volantes centrales. Maxi y sus diagonales oxigenaban a los puntas de obstructores y así poder desnivelar con campo a su favor, que, por un par de combinaciones positivas y otras en donde reclamaron derechos de autoría, fueron de los mejorcito del equipo. Y antes que se pase el tren y se escabulla la primer etapa, un tremendo fierrazo del Kun Agüero estampó en el resultado lo que ya el juego decantaba.
Y si faltaba algo para destacar al ataque argentino era que, en su primer intervención en el campo, el demonio Lisandro López pagara el cambio con un gol de goleador y se sacara la mufa de poder jugar minutos con la albiceleste. El resultado se coccionaba por el funcionamiento del equipo, que por momentos jugaba con el freno de mano puesto y en cuando lograba soltarse, le daba rienda suelta al tranco, con Agüero como bandera y estandarte.
Sumado a los problemas defensivos del conjunto ruso, le concedían espacios al yerno, que demostró cómo le gusta arrancar un tanto más retrasado y encarar con el balón dominado de frente al arco. Y claro está, con alguien que se responsabilice de ser el pívot. Así marcó el primero, participó en el segundo y fue el gestor del triplete, del debutante Jesús Dátolo, que sin saber cómo festejar su conquista, lo abrazó a Diego y lo tiró al piso. Todo una locura, un compendio de jugadores viviendo una segunda era en el seleccionado y otros con hambre de demostrar, todo confeccionado por la motivación y la vivacidad de Maradona.


IVÁN ISOLANI (abetsen@gmail.com)

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1 opiniones:

  1. Victoria de mucho prestigio y mérito para Argentina. Rusia es una gran rival con un entrenador muy bueno. Agüero ha jugado un partidazo y poco a poco va adquiriendo el peso que debe tener en la selección argentina aunque tal vez beneficiado por la baja de Messi

    Saludos desde paraisofutbol.blogspot.com

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