domingo, 7 de junio de 2009

AL MENOS SE GANÓ

No se puede decir que la herida haya cicatrizado totalmente, sólo un par de puntos de sutura y unos antinflamatorios para tapar el sol con un dedo. Esa mano de Dios que en épocas pasadas nos dio a conocer en el mundo, y con su genialidad nos dio de comer tanta esperanza en momento tan difíciles del país. Ese mismo es el que hoy carga al hombro toda la responsabilidad de un equipo, que juega -o al menos lo intenta- como uno que se entrena periódicamente, pero en los papeles defrauda. En el haber, el resultado: se ganó y se cumplió con la obligación. El debe: ser un todo y no un simple remedo de individuos de buen pie. Y ahí es donde el mítico Diego cumple su verdadero rol: el de orador.
En los papeles, el seleccionado nacional nunca exteriorizó todo su potencial. Se asumió desde el inicio maniatado por el esquema colombiano, y ante sus propias limitaciones. El mediocampo no presionaba ni imponía su ritmo, corriendo y no haciendo correr el balón. Verón casi que no pesaba con su sapiencia y los chiquititos de arriba prácticamente que no entraban en sintonía con lo que pedía el encuentro. La vía láctea de la pelota rotaba tan acelerada, que eso favorecía al frontón cafetero. Eso sí, 100% embudo era el camino de la Albiceleste, con Tevez y Messi muy atados y el Kun absorbido por los centrales. Toda la dinámica se volvía un desperdicio de tacticismo. Una similitud a lo impuesto por Marcelo Bielsa en Chile, pero sin las pequeñas sociedades y el convencimiento que le dan sentido al expreso trasandino.
Sin capitán dentro y fuera del terreno, el timón del equipo se desvandaba ante su propia impericia. Es claro que estas individualidades se destacan en una prolongación de tiempo y que son m´s jugadores de equipo y no tanto de selección. Son los mismos que deslumbran con sus goles de videojuego en el Viejo Continente, pero cuando cruzan el charco, se olvidan lo que les da de comer y los endiosa en cualquier escenario del mundo: sus piernas, su rebeldía, su potrero netamente sudaka.
Y si eso es grave, sumémosle el poco tino que Maradona tiene como entrenador. Lee bien y sabe mucho de fútbol, pero no se nota que sepa leer los momentos en cada encuentro, y se equivoca tácticamente, porque con el esquema priva de tener volumen de juego, se envalentona en la bandera del todopoderoso Messi, y se niega de lo básico de nuestro fútbol: toque, gambeta, sociedades para romper la barrera del rival.
Se encontró el desnivel en una pelota parada, con la oportunidad del Cata Díaz. Eso demuestra el panorama de la Albiceleste. Con parte del objetivo en el buche, apareció el hacha y no la tiza precisamente. La garra de Masche y la entrega de Verón bastaron para darles las urras finales a los tímidos colombianos, de buenos recursos pero escasa explotación. Nada de jugar bien es el lema. Si los pies de Messi no funcionan, y la cabeza del 10 no engrana, por lo menos existe un Cata Díaz salvador.
IVÁN ISOLANI (abetsen@gmail.com)

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3 opiniones:

  1. Era necesario ganar, de a poco se ira encontrando el juego, esperemos. Saludos

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  2. El titulo te dice todo, bien Argentina por el resultado, pero falta en el juego...

    Saludos.

    ABRAN CANCHA
    www.abran-cancha.blogspot.com

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  3. solo el resultado, despues, una garompa el juego, nada para destacar... solo el gol.

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